Que la cura a tus mayores miedos sean mis futuros planes y estemos aquí sin saberlo. Demasiado iguales, tan chocantes. Altamente combustibles, inflamables con el aire.
Te leo, desnudo, y pienso: 'No es cierto'.
Mas continúo vagando y creo; 'No puedes ser el mismo'. ¿Quién eres? ¿Qué quieres?. No contestes nunca, no oses ni intentes lidiar con la intemperie de esta (mi) locura. Reta a mis sentidos: muérdeme y lame los suspiros, acaricia mi rastro, intuye la sonrisa en la mirada y percibe el fracaso. Sin mirar.
Sé mi Caronte de esta vida. Déjame, o no, ser tus dos óbolos cada noche. Que nos envidien los errantes y los amantes. |
Aprendí que se puede ser poeta y cabrón. Hasta tú. Sobretodo yo.
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